La buena alimentación, lenta, sabrosa y simple. 

Hola Amigos de la buena alimentación, lenta, sabrosa y simple. 

Los alimentos son mensajeros emocionales, ellos interactúan con nuestro cuerpo y mente. La ciencia moderna ya ha descubierto que los alimentos liberan substancias en el organismo, que afectan el estado de ánimo y asimismo, nuestro estado de ánimo suele definir qué elegimos para comer. Se ha avanzado mucho en esta área hoy en día, con la investigación a partir de los años 70 dónde investigadores como los esposos Richard y Judith Wurtman detallaron en una serie de ocho volúmenes llamada “La Nutrición y el Cerebro” [Nutrition and the Brain], el vínculo entre el alimento y el estado de ánimo cuando descubrieron que el azúcar y los almidones en los carbohidratos (especialmente los que se encuentran en granos integrales, vegetales y frutas), elevan un poderoso químico cerebral llamado serotonina, seguro ya la habrán oído nombrar muchas veces, pues se ha descubierto su presencia en muchos otros alimentos. Avanzando en su investigación pronto fueron capaces de enlazar la serotonina y otros neurotransmisores (éstas últimas son substancias que hacen precisamente eso, transmitir información de una célula a otra en el cerebro), con cada emoción, estado de ánimo o antojo. Notaron que comer alimentos ricos en carbohidratos, como por ejemplo las patatas o el pan, si se consumen con moderación, elevan los niveles de serotonina, que por su parte ayudan a sentirte más relajado y calmado. Por otro lado, los alimentos altos en proteína como los lácteos, pescado, pollo u otras carnes, tienen el efecto opuesto, te hacen sentir más energético, alerta y asertivo. Es importante hacer notar que hay ciertas situaciones en que las personas pueden presentar alergias o intolerancias, ya sea a la lactosa o caseína o al gluten y deben reducir o eliminar por completo la ingesta de estos alimentos. 

Por esta razón también es que durante los Profesorados de Respiración Ovárica, Alquimia Femenina, les pedimos un tipo específico de dieta. Sabemos el impacto que los alimentos tienen los nutrientes en el estado de ánimo y percepción objetiva del proceso que vivirán los participantes. 

Al tomarte el tiempo de notar cómo te sientes después de comer, estableces el sustrato necesario para que la serotonina se comunique contigo, que en el caso de los carbohidratos toma alrededor de 15 a 20 minutos. La proteína un poco más. El punto es masticar, disfrutar, saborear y ensalivar tus alimentos para sentir. Ningún alimento es malo per se, todo depende de cómo se encuentra nuestro organismo a la hora de recibirlo. 

Hay ciertamente una interacción alquímica y bioquímica fascinante para que el estado de ánimo se vea impactado por la ingesta de ciertos alimentos. Por lo tanto sentir y descubrir qué nutre nuestra capacidad creativa, movilidad, asertividad, y también qué nos hace relajarnos y calmarnos, es parte de nuestra responsabilidad hacia nuestro cuerpo y hacia la consciencia del buen comer. 

Siente la calma con el carbohidrato adecuado, siente y sabrás cuánto es necesario, a veces sólo una rebanada de pan, o una galleta, una cucharadita de miel o una fruta. 
Siente la energía de una buena proteína, un yogurt / kéfir natural, soya si es no GMO, una porción de legumbres que te entrega proteína y carbohidrato equilibrado, un trozo de buen queso combinado con ensaladas. 
Procura acompañar tus comidas centrales con suficiente ensalada. 

A nuestra Salud!

Shaida Vera.

Contacto www.vidaymeditacion.com /  viveymedita@gmail.com

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